La solidaridad no es solo una idea valiosa, sino una práctica que debemos cultivar cada día. Se convierte en una parte fundamental de nuestro crecimiento personal, enriqueciendo nuestras vidas y las de quienes nos rodean. Es fundamental unir fuerzas para construir una sociedad que abra sus brazos a todos, brindar apoyo a quienes más lo requieren y afrontar con valentía los retos sociales que se nos presentan.
La Unión Europea ha dado vida al Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), una iniciativa vibrante que impulsa a los jóvenes a sumergirse en el mundo del voluntariado, las prácticas y proyectos solidarios. Este programa les brinda la oportunidad de involucrarse activamente en áreas como la educación, la formación, la participación ciudadana, la democracia y la sostenibilidad ambiental, todo ello a nivel local. ¡Una llamada a la acción para construir un futuro más solidario y conectado! Se abordan aspectos como la preservación del medio ambiente, el fenómeno migratorio y la riqueza cultural, entre otros fascinantes tópicos.
Asimismo, ser solidario va mucho más allá de simplemente ofrecer apoyo. La solidaridad es un acto de compromiso profundo hacia la causa que abrazamos, cuyo propósito primordial es enfrentar, aliviar o salvaguardar lo que más lo necesita. No te pedimos que cargues sobre tus hombros la tarea de salvar al planeta. Cada uno de nosotros juega un rol fundamental en el tejido de nuestra comunidad. Incorporar hábitos y actitudes más solidarias no solo enriquece nuestro entorno, sino que también es una poderosa forma de sembrar las semillas de un futuro más brillante.
4 pasos esenciales para ser más solidarios
Sea consciente de su entorno
Deberá prestar atención y dedicar parte de su tiempo a encontrar una causa que necesite su apoyo. Mire a su alrededor de camino al trabajo y/o mientras camina. Entiende las necesidades de tu comunidad local, o incluso digitalmente, a través de las redes sociales donde se realizan muchos eventos solidarios, e identifica causas a las que puedes contribuir.
No olvides a tu familia, amigos y vecinos. A menudo, la necesidad de apoyo está a tu lado. La solidaridad no se limita a causas organizadas. Hay muchas maneras de ayudar y brindar apoyo.
Se empático
Estar disponibles, sobre todo para escuchar y comprender. Intenta ponerte en el lugar de las personas o causas identificadas como más urgentes. Entiendes mejor tu realidad y entiendes cómo puedes ser útil.
La discriminación es uno de los conceptos a combatir. La diferencia entre culturas y creencias puede parecer una barrera para la atención. Sin embargo, si estás dispuesto a escuchar, comprender y aceptar lo que no sabes, te acercarás aún más a la causa en la que te propones participar.
Encuentra la mejor manera de ayudarte (para ti)
Hay varias formas de apoyar, siendo la más común a través de donaciones y/o voluntariado.
Tu disponibilidad y ganas son lo más importante. En determinados casos, como en la soledad, vuestra presencia y disposición a escuchar son un ejemplo de solidaridad.
Brindar asistencia a un vecino con problemas de movilidad, mantener contacto con personas mayores aisladas, intervenir en escenarios de discriminación o desigualdad, son algunos ejemplos de actos solidarios que no implican voluntariado ni donaciones. Siempre puedes ayudar.
Sea activo y corra la voz
Elige la mejor manera de contribuir, dependiendo de tus habilidades y disponibilidad. Ten cuidado y mantén tu apoyo voluntario siempre que sea posible, ya sea donando ropa que ya no usas, juguetes, alimentos, entre otros. Sigue las causas con las que más te identificas, involúcrate y despierta este interés en tus familiares y amigos.
¿Es posible hacer de la solidaridad un hábito?
A través de una práctica regular de acciones y gestos de solidaridad, todos podemos fortalecer este espíritu positivo, contribuyendo así a un mundo mejor. Para ello, existen algunas estrategias básicas que se pueden seguir para asegurar la dedicación voluntaria a los demás y a las causas con las que uno más se identifica:
- Elige la ayuda que esté a tu alcance. Comienza con pequeños gestos de solidaridad y, con el tiempo, evoluciona tu acción solidaria.
- Dedica tu tiempo y atención a causas que se alineen con tus ideales. Debe elegir proyectos e iniciativas que aborden cuestiones relevantes para usted.
- Evite el desperdicio de alimentos y opte por distribuir los excedentes de comida. Siempre que sea posible, reutilice los restos de comida y ofrézcalos a alguien más vulnerable.
- Haga un inventario periódico de lo que ya no utiliza y opte por donar algunos artículos a quienes más los necesitan.
- Incluye la solidaridad en tu presupuesto mensual. Dedicar una cantidad fija para apoyar algunas de las causas o personas más vulnerables.